Cuando era pequeña, soñé que un apuesto caballero vendría y me rescataría de mi desdichada madre. Montaría en su corcel blanco y rompería la maldición que estaba destinada a llevar desde el día en que nací.
Es curioso cómo cambiaron las cosas con el tiempo. Cómo el cuento de hadas se convirtió en algo mucho más retorcido, más oscuro de lo que jamás imaginé.
En realidad, mi caballero tiene cicatrices y está roto, viviendo solo en un castillo de huesos que domina el mar. No me está buscando. Nunca lo hizo.
Lucian Blackthorne está tan maldito como yo, e igualmente rechazado por los lugareños, los pescadores de hombres, que creen que él es el diablo en carne y hueso.
Quizás él, con la forma en que sus ojos ámbar me atraen, me enciende como una llamarada infernal. Los pecados que me susurra al oído son tan perversamente embriagadores como el hombre mismo.
Sin embargo, su toque es el cielo y su voluntad es mi debilidad.
Nos llaman prohibidos, una tragedia insalvable sin final feliz. Quizás lo somos. Pero en esta historia, él es el que necesita ser salvado.
Mil gracias a TS!
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