En el primer día de Navidad, mi verdadero amor me dio doce días para demostrarle que no solo éramos mejores amigos, que eran más que nuestros perros los que estaban locamente enamorados. Cuando su madre abandonó sus planes, se encontró atrapada en la ciudad sin nada que hacer. Bueno, le iba a dar algo que hacer. Enamorarse tanto de mí como yo de ella...
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